Mi experiencia con el desarrollo personal
El mundo del desarrollo personal ha ido creciendo y expandiéndose de forma exponencial en los últimos años.
Cada vez veo más personas que se dedican a ello, o que solicitan estos servicios a nivel individual o grupal.
Puedo decir que mi experiencia con el mundo del desarrollo personal ha sido irregular.
Cuando comencé a sentir interés por conocerme y en definitiva, saber por qué narices no me sentía realizado con mi vida, realicé un curso de desarrollo personal.
Era mi primer curso en este campo y la experiencia estuvo muy bien, disfruté mucho por el camino y pude asistir a seminarios muy interesantes como:
- Coaching para definir objetivos y alcanzarlos.
- PNL y creencias, y cómo éstas nos pueden limitar o empoderar.
- Charlas motivacionales.
- Meditación y yoga para ponerse en contacto con uno mismo.
- Eneagrama.
- Gestalt.
- Valores.
- Vocación.
- Teatro.
- Vivation.
- Astrología.
Recuerdo con mucho cariño lo interesante que eran la mayoría de estos seminarios y cómo me ayudaban a conocerme un poco más, pero sin duda lo más gratificante del curso, fue el compartir esas experiencias con el grupo del cual formaba parte.
A medida que pasaba el tiempo, comencé a ver algunas de las potencialidades que había en mí, y a su vez, pude vislumbrar aquellas partes que más me desagradaban y de las cuales no me sentía especialmente orgulloso.
Una vez finalizado, creía saber lo que quería y aparentemente me sentía confiado, pero pasados unos días, volví a ponerme en contacto con aquellas inseguridades que siempre me habían acompañado.
Todo aquello que yo había descubierto de mí a lo largo del curso, no se podía sostener por ningún lado, lo cual me llevó a la frustración y a la desorientación una vez más.
A pesar de todo lo que había aprendido sobre mí mismo, tanto “lo bueno” como “lo malo”, seguía paralizado, ya que ahora era consciente de algunas partes de mi ser que necesitaban ser atendidas, y continuaba sin recursos para hacer frente a mi nueva situación.
Con esto no quiero menospreciar esta experiencia, ya que para mí realmente supuso un antes y un después, y fue el inicio de todo lo que vendría después; formaciones, talleres, terapia, cambios personales y profesionales, charlas…
Algo, que un año atrás, para mí era impensable.
Toda esta trayectoría hasta hoy, me ha llevado a separar el grano de la paja en el mundo del desarrollo personal, y me gustaría compartir contigo algunos apuntes.
Las 10 trampas del desarrollo personal.
Mientras he ido cursando y abriéndome al mundo del desarrollo personal, he cometido muchos errores y me gustaría exponerlos para que, si es tu caso, seas más consciente de ello.
1. Un curso no es terapia
Si bien un curso o taller de autoconocimiento (o derivados) puede ser en cierta manera “terapeútico”, lógicamente, no es terapia.
¿Qué quiero decir?
Hay personas que realmente pueden estar pasándolo mal en su día a día y no saben realmente que les está pasando.
Asisten a un taller de desarrollo personal (coaching, pnl, constelaciones, sueños… el que sea) y zas! consiguen un recurso, o se dan cuenta de algo que no eran conscientes, les motiva la charla del facilitador…
¿Qué ocurre a veces?
Esa persona empieza a asistir a más y más talleres, charlas…etc (lo cuál está genial), pero puede ser un arma de doble filo.
A veces, entrar en esta dinámica puede dar lugar a que puedas estar evitando ponerte en contacto con algo más profundo, como podría ser un proceso terapeútico, el cual te confrontaría con el origen de tu sufrimiento.
Conclusión, los talleres de desarrollo personal están muy bien y te animo a que sigas asistiendo, pero vigila, puedes estar evitando ponerte en contacto con tus auténticos miedos.
2. El desarrollo personal no es sólo ver lo buenos que somos.
Siempre me gusta estar al día de este mundo y veo charlas de ponentes, leo artículos muy interesantes y publicaciones de compañeros/as de profesión.
Cada persona tiene su estilo, su forma de expresarse y comunicar, su metodología y la verdad que hay grandes profesionales.
Si algo me ha llamado la atención, en líneas muy generalistas, es el énfasis que se le da “a lo positivo” en el desarrollo personal.
Si bien creo que es importante el tener como recurso una actitud positiva, también debo decir que un exceso de positivismo puede ser perjudicial para la persona.
Me explico, está muy bien las frases que leo a diario para empoderar a la persona, “déjate llevar por la vida y confía”, “acepta lo que te viene”…pero creo que sirven de bien poco si no hay un trabajo personal que lo sostenga.
Querer ser feliz, ser feliz, ser feliz, ser feliz, y querer llegar ahí sin haber transitado por tus infiernos personales, es una forma de no querer ser realista con lo que te puede estar sucediendo.
Entonces se puede volver frustrante el hecho de “querer ser feliz, feliz, feliz VS ¿por qué no soy feliz?, no soy feliz, no soy feliz, tendría que ser feliz, ser feliz, ser feliz….
He asistido a talleres excelentes de empoderamiento, aceptación, emociones… y no puedo tener sino que muy buenas palabras hacia ellos.
Pero en mi experiencia, si no hay un trabajo detrás en el cual te has conocido realmente, y me refiero a reconocer aquellas partes de ti que quizá puedas estar rechazando o negando, poner nombre y apellidos a lo que te sucede y relacionarte con el origen de tu sufrimiento, difícilmente podrás tener una confianza auténtica y positiva en la vida.
Conclusión, adelante con la positividad, pero la positividad responsable.
3. El eterno aprendiz
Uno de mis puntos favoritos, “el eterno aprendiz”.
Esto es algo que me ha ocurrido a mí y a algunos/as compañeros/as de profesión.
Para poder acompañar a otras personas, como es totalmente lógico, es necesaría una buena formación.
Para poder crear buenos talleres y charlas son necesarias muchas horas de lectura, formación, recopilación de datos, entre otras cosas.
¿Qué puede ocurrirte cuando terminas la primera formación?
Imagina que has terminado una primera formación de coaching y ha llegado el momento de aplicar lo aprendido con otras personas.
Por supuesto previamente a dar el salto, seguramente habrás hecho prácticas con otras personas… pero cuando toca tomar acción y dar el paso para ofrecer tus servicios, viene el pensamiento…
“no estás preparado, necesitas otra formación”
“es que no estoy convencido/a, el coaching no es exactamente lo que me gustaría hacer, voy a hacer otra formación”…
Entonces te apuntas a un curso de PNL (Programación Neurolinguistica), y bueno… casualmente al finalizarlo, ocurre lo mismo.
“Es que PNL está bien pero creo que haré algo como astrología que está muy bien…”
Y así sucesivamente…
Dejate de rollos, asume que tienes miedo y que te paraliza la sensación de no estar preparado/a.
Entonces te lías, te lías y te lías en cursos y formaciones.
Por un lado, seguramente te interesen, pero por otro quizá tan solo estás posponiendo la hora de exponerte.
Se honesto/a contigo! No te juzgues, tener miedo es totalmente normal.
Cuando termines una formación y por supuesto, que eso incluya previamente haber efectuado unas prácticas bajo supervisión de un profesional donde estés cursando, ponte en acción con la mayor brevedad posible.
Viene a ser lo mismo que cuando nos sacamos un carnet o licencia de conducir, cuanto más tiempo dejes pasar desde tu última práctica o examen, más te costará luego ponerte a ello.
Empieza con lo que tienes y llega con tus clientes hasta donde llegues.
Si el motivo de la consulta de tu cliente es algo que se te escapa y no puedes acompañarlo, se humilde y derívalo a otros profesionales capacitados para ello.
Por supuesto sigue formándote. Eso te va a enriquecer a tí y a tus clientes, pero que no te sirva de excusa para no exponerte.
4. “La fórmula mágica”
Uno de los mayores errores que cometí en su momento, fue buscar “la fórmula mágica ” para conocerme y solucionar los problemas que me impedían avanzar.
Entonces recurría a talleres esporádicos o sesiones muy enfocadas a que alguien me dijera realmente quien soy, cómo soy, qué me pasa, por qué me pasa, a través de diversas herramientas ya sea eneagrama, diseño humano, astrología, numerología… entre otros.
Ojo, me parecen herramientas muy potentes y sobretodo he tenido mucha suerte de cruzarme la mayoría de las veces con buenos profesionales.
Podría decir que son mapas personales, los cuales nos sirven para comprender mejor las partes que componen nuestra psique y ser.
¿Cuál fue mi problema?
El enfoque que yo le daba a esas sesiones.
Estaba muy desorientado en ese momento y creía que alguien podría decirme quien era, sin tener que transitar por un proceso que pudiera ser desagradable.
Entonces todo se quedaba en un “oye, dime quien soy y qué me pasa”, sin haber hecho un trabajo profundo personal complementario sobre mí y mis experiencias.
Esta actitud que tomé en su momento me dejaba fuera de toda responsabilidad personal y era la otra persona quien tenía que solucionarme la vida.
¿Qué ocurría entonces?, acababa siempre en lo que yo llamo “el efecto maraca”.
Voy a un taller o sesión, me dicen cosas que me gustan y otras que no tanto. Salgo removido de la sesión.
Voy a otro taller o sesión y lo mismo, así sucesivamente….
Entonces como salgo “removido”, creo que estoy desarrollándome y aprendiendo cosas que puedo ir incorporando (lo cual no es falso que pueda aprender), pero realmente no estoy integrando nada y sigo igual de desorientado que cuando comencé…
El camino rapido es el fast food del desarrollo personal… puede parecer que está rico pero no es sano.
Si quieres auténticos cambios no queda otra que profundizar, y eso requiere paciencia, tiempo, un/a buen terapeuta y seguramente tengas que lidiar con aquellas partes más desagradables de tu ser, y en definitiva de tu vida.
Indaga, profundiza, afronta, resuelve, cae, levántate, retrocede, avanza…
5. No más etiquetas por favor…
Hace un momento he mencionado el eneagrama, el cual me parece una herramienta estupenda para profundizar.
He leído libros sobre ello como: “la sabiduría del eneagrama”, “encantado de conocerme”, “27 personajes del ser”, entre otros.
He podido asistir a algunos talleres introductorios muy entretenidos (15 horas máx. duración) en los cuales explican el eneagrama “en la superficie”, y que como iniciación al autoconocimiento están bastante bien, aunque cuando profundizas, poco tienen que ver con la esencia real del eneagrama.
El eneagrama es una “herramienta” que permite la comprensión del Ser, partiendo de la herida primaria de cada uno de nosotros y que por tanto, podría servirnos de guía para conocernos mejor a través de sus diversas dimensiones, mostrando patrones que nos limitan y otros que nos desarrollan, pero siempre desde un prisma liberador y creativo, libre de juicio y etiquetas.
Para quien no lo conozca, es una herramienta que muestra 9 personalidades del ser humano (eneatipos), las cuales dividen en 27 subtipos (sin tener en cuenta las alas) .
Los eneatipos se clasifican en triadas (instintivos, emocionales y mentales)
Y además, cada eneatipo tiene unos movimientos llamados centramiento y descentramiento.
Sin entretenerme más, ya que una explicación sobre eneagrama puede dar para 1000 artículos, quiero enfocarme en la experiencia que he tenido con talleres de estas características.
En este tipo de talleres te explican una serie de comportamientos del ser humano y se te pide en cierta manera que te identifiques o etiquetes con uno de ellos.
¿Cual es el problema?
Imaginemos que en ese taller hay un comportamiento o patrón de conducta del ser humano, que tiende a ser miedoso o dudoso (eneatipo 6).
Y yo quizá estoy en un momento vital en el cual puedo estar comportandome de forma miedosa, huyendo de los problemas y tengo dudas.
Además le sumo que como estoy desorientado, no me resuenan tanto las otras personalidades y ya diga pues “no se”.
Para mas inri, el facilitador dice: “para quien no sepa que eneatipo es, hay muchas posibilidades de que sea un 6, el miedoso o dudoso”.
Y yo, ignorante de mí, lo puedo asumir como una verdad absoluta.
Si yo creo que mi ser es algo limitado o cerrado y que tan solo puede ser descrito a través de una etiqueta de personalidad, estaré viviendo una mentira sobre quien soy realmente.
No hay concepto, arquetipo, descripción o etiqueta que nadie ni nada pueda describir quien realmente eres.
El riesgo es que te creas esa etiqueta y vayas por la vida con ella, y en lugar de ayudarte, se convierta en algo limitante.
Vamos un poco más allá, ¿qué hay de las etiquetas que llevamos puestas por otras personas? ¿Y por nosotros mismo/as?
6. La iluminación
Siempre he sido una persona muy curiosa y he probado toda clase de actividades relacionadas con el desarrollo personal.
Lo cual me ha hecho conocer a muchas personas de diversos ámbitos con las que he compartido una buena cantidad de experiencias.
Si algo me ha llamado la atención de estos encuentros es la busqueda de “la iluminación”.
Me he encontrado con personas que parece que nada les afecte y en la que posiblemente, puedan tener una visión limitada de la espiritualidad; “todo está bien, todo pasa por algo, la vida te cuida, la vida te trae lo que necesitas…”
Aparentemente no se enfadan y rara vez sufren; “el ego es malo, nada me perturba, el sufrimiento no es real…”
Como si estuvieran en un estado meditativo permanente en las alturas y no pisaran apenas la tierra, tan sólo para necesidades básicas; comer, beber, ir al baño…etc.
Es como la busqueda del estado perfecto en la cual todo es paz, armonía, sin problemas… un lugar donde quedarse.
Es totalmente normal que una persona pueda tener la tentación de “huir del sufrimiento”, y cada uno hace lo mejor que puede para lidiar con el suyo. Entiendo perfectamente la búsqueda de este estado deseado.
Sin embargo, todo se vuelve peligroso cuando nos enfocamos en “no sufrir” dentro de una burbuja, ya que se puede dar el caso que estés negando lo que realmente te ocurre y la utilices como huída.
El ser humano es animal y espiritual por naturaleza. Y la vida es placer pero también es dolor, no puede existir la una sin la otra.
Las personas somos inocencia, bondad y alegría, pero también somos agresividad, tristeza, dolor… y más nos vale que integremos todas ellas, de lo contrario iremos por la vida en desequilibrio y proyectando nuestras sombras en los otros.
Las mayores transformaciones personales que uno/a puede hacer, pasan por observar, comprender, atravesar y sanar sus propias heridas.
7. Gurús
Algo que me ha fascinado siempre es el poder de comunicación que tienen algunas personas, y cómo son capaces de convocar a una multitud frente a ellos.
En el mundo del desarrollo personal habrá como 1.000.000 y seguramente me habré quedado corto…
Cada uno más relevante que otros y bueno, en general suelen hablar de conceptos muy similares, solo que utilizan otros nombres para definirlos.
También hay gurús que dicen que no son gurús, y en lugar de decirte su verdad, te invitan a que la verifiques por ti mismo/a, lo que viene siendo lo mismo…
Por supuesto, como en todos los oficios hay de todo.
Hay quien realmente lleva una vida coherente con lo que comunica, y también vendedores de humo, los cuales dan lecciones magistrales en sus charlas pero luego no lo aplican en sus vidas.
Hay charlas que suelen estar enfocadas en resolver problemas personales y de alguna manera ampliar nuestro espectro para volvernos más resolutivos.
Otras aportan información útil sobre como funciona el comportamiento humano.
Y la verdad es que hay charlas muy interesantes de personas que realmente saben lo que dicen.
Pero me gustaría señalar aquellas que están enfocadas en la ya gastada frase “sal de tu zona de confort”.
Para empezar, me gustaría decir que estoy totalmente de acuerdo con esta frase siempre y cuando no sea malinterpretada…
Es decir, si todas las personas nos quedamos estancados en la situación en la que estamos y no nos atrevemos a dar un paso al frente (salir de la zona de confort), posiblemente acabaremos en una vida más bien aburrida y con un cierto “sinsentido”.
Lo que da sentido a nuestras vidas, entre otras muchas cosas (familia, amigos, trabajo, relaciones…) son los retos, las responsabilidades, las metas, el progreso…
Ojo, hay que salir de la zona de confort, pero eso no significa lanzarte al vacío sin recursos.
Otra frase que he escuchado más de una vez es “no importa el cómo sino el qué”, es decir, no importa cómo lo consigas sino qué quieres conseguir…
Quizá sea una frase cierta para alguien que dispone realmente de recursos económicos, pero para el resto de los mortales…
El “cómo” a veces es mucho más importante que el “qué”, porque quizá hayas idealizado esa meta y no estés siendo realista.
He conocido personas influenciadas por este tipo de mensajes cuando lo estaban pasaban mal en su trabajo, y han dicho: “me largo”, sin tener un cierto sostén, ni la estructura de crear un proyecto propio, tan sólo la idea de crearlo… y la frustración posterior que esto conlleva cuando la realidad llama a la puerta.
Para salir de la zona de confort, hay que tener zona de confort…
Eso no implica que no lo puedas conseguir, pero te va a llevar un esfuerzo extra importante que deberás asumir.
Mucho ojo a historias épicas contadas por ponentes o “gurús” en los cuales decidieron hacer algún tipo de locura y al final todo salió bien…
En Hollywood las películas son muy épicas y están muy bien, pero la vida se rige por otras normas…
Hay que salir de la zona de confort, hay que tener retos en la vida, escucha charlas motivacionales… pero con cabeza… ten pensamiento crítico, cuestiona lo que recibes, contrástalo y saca tus conclusiones sin precipitarte.
8. El esfuerzo.
Hace un par de meses leí un artículo que hablaba sobre el mito del esfuerzo y el sacrificio.
El artículo era crítico con la educación del esfuerzo, el ser infelices, y cómo ésto nos limita y en cierta manera nos esclaviza.
También he escuchado en más de una ocasión a personas en el mundo del desarrollo personal, sugeriendo algo similar.
La idea que algunas personas tienen es que no hay que “sufrir” para conseguir lo que quieres.
Lo que vendría a ser: escalar una montaña con helicoptero, ponerse en forma sin ir al gimnasio, resolver tus problemas internos sin sufrimiento, parir sin embarazo, hacer el camino de Santiago sin cansarte, sacarte una carrera sin estudiar las asignaturas que no te gustan, y si te puedes librar de ir al instituto previamente, mejor.
Es como querer vivir en una utopía permanente donde la meta no tenga un proceso previo.
Por supuesto que el sistema puede mejorar, que las condiciones laborales cada vez son peores, y que en general todo debería transformarse…
pero la vida es proceso, es evolución…
y tener una vida sin esfuerzo y sin responsabilidad es como seguir estancados en la niñez necesitando de nuestros padres para sobrevivir…
Quiero esto, quiero lo otro, tengo pis, ahora lloro… dámelo ya.
Si no hay esfuerzo, no hay evolución personal, ni autodisciplina, no conseguirás metas, no aprenderás, no serás bueno en nada ya que serás un/a generalista…
Serás un eterno adolescente con la idea de que todo tiene que estar bien para avanzar en tu vida.
Si quieres ser bueno/a en algo, vas a tener que esforzarte y sacrificar (acto sagrado) tiempo, no existe otra forma.
Otra cosa es que puedas enfocarlo de otra manera y digas, “bueno, me encanta lo que hago y no supone realmente un esfuerzo”.
Aunque aparentemente no te estés esforzando, lo estás haciendo, le estás dedicando horas de tu tiempo..
Y seguramente en otro momento de tu vida, te tocará hacer cosas que no te gustan tanto, pero las harás.
9. La vocación
Una de las cosas por las que me puse en contacto con el desarrollo personal fue para encontrar mi vocación.
Muchos de mis amigos y amigas tenían claro a que se querían dedicar desde los 16, otros a los 21… pero más o menos sabían lo que querían.
Recuerdo estar frustrado porque no acababa de encontrar ese “qué” del que tanto había oído hablar y más, cuando veía videos de gente apasionada con su trabajo, lo cual era un “Dios mío, yo quiero eso”.
Empecé a indagar y a indagar , talleres de orientación, sesiones, libros, videos…. y nada… igual me interesaba en algo en partícular, pero al tiempo esa luz se apagaba e iba hacía otro lugar… y así en bucle hasta cansarme.
Si bien es cierto que hay personas que tienen muy claro a que se quieren dedicar desde bien jóvenes, hay otras que les toca abrir caminos y explorar hasta saber como orientar su vida.
Antes de seguir hablando sobre la vocación, me gustaría desmitificar este termino:
1. La vocación no es sólo una.
Al menos no para todos. Hay personas que pueden estar haciendo sólo una cosa durante toda su vida, y otras que van estar haciendo una combinación de actividades.
2. Quizá no puedas vivir exclusivamente de tu vocación.
Puede que consigas sacar rentabilidad económica de tu vocación y vivir exclusivamente de ella.
Pero ten en cuenta que dependiendo de cual sea, solo pueda ser complementario a tu trabajo o incluso como hobbie.
3. Vocación pero, ¿Por cuánto tiempo?
Si algo sabemos es que la vida da muchas vueltas, lo que me gusta hoy no me gustaba hace unos años, ¿Quién te dice qué te seguira gustando lo que haces?
Las personas cambiamos a lo largo del tiempo, al igual que nuestra situación en la vida, ¿qué te gustará de aquí a un año?
4. Vocación e idealización
A veces cuando pensamos en vocación, nos viene a la mente una imagen en la cual todo va bien, nos encanta lo que hacemos, ganamos mucho dinero y todo es perfecto.
Y claro, con una imagen así en la cabeza, todo lo que vayamos probando durante el camino difícilmente se va a parecer a eso.
Abre caminos, prueba cosas que te puedan interesar y profundiza en ellas.
Abrir caminos puede hacerlo cualquiera, sabrás si te gusta, cuando además de abrirlo, lo mantengas. Exponte, conoce gente que se dedique a la actividad que has elegido, ¿es el tipo de vida que te gustaría tener? ¿qué sientes cuando estás dando pasos hacia tu objetivo?, profundiza.
Si sólo te dedicas exclusivamente a saltar de un lado para otro, nunca encontrarás tu lugar.
En mi caso, y desde que inicié mi experiencia en el desarrollo personal, aún sin tener una meta concreta, sabía hacia donde quería orientar mi vida…
Un día revisando el correo, vi publicidad sobre una formación muy completa en integración de sueños que duraba dos años.
Por un lado, el curso era formativo y con contenido de alto nivel, por otro, el formador era un referente a nivel internacional sobre el tema, y no pude resistirme… los sueños siempre habían tenido una gran relevancia en mi vida desde los 5 años y decidí con toda seguridad realizar esta formación.
Gracias a este curso he descubierto que me encanta acompañar a otras personas a (re)conocerse a través de los sueños.
Y todo este camino me ha llevado a crear talleres, charlas, compartir experiencias, aprendizaje y reflexiones, escribir artículos, crear mi página web, y pronto publicaré videos por Youtube…
Por supuesto, en este camino me he encontrado multitud de obstáculos que he tenido que afrontar, pero ha merecido la pena..
Os dejo una frase que escribí en una de mis publicaciones.
La vocación viene con la acción. Mientras llega, ocúpate en desarrollar tus habilidades…
10. Hay algo que está mal en mí.
Uno de los errores que cometí en el transcurso de mi camino, fue la de obsesionarme en hacer multitud de talleres y sesiones de desarrollo personal.
Siempre había algo a lo que asistir, algo que aprender, y lo que me impulsaba a hacerlo era la creencia que había algo que estaba mal en mí y debía descubrir que era.
Esto me llevó a hacer una multitud de actividades simultaneas, las cuales realmente sólo me llevaban a la confusión y al agotamiento, y parte del tiempo libre lo pasaba metido en casa.
Como en toda actividad que realicemos, hay que hacer descansos.
Algo que recomiendo es tomarse unas vacaciones y con esto me refiero a despegarse de vez en cuando del desarrollo personal.
Hay muchas cosas en la vida como para sólo estar centrado en uno/a mismo/a.
Nada, ríe, disfruta, queda con amigos, conoce nueva gente, salta, baila, ve al teatro, al cine, viaja, llora, aprende, comparte, emociónate, prueba actividades nuevas, haz deporte, medita, sal de fiesta, aventúrate, sal de casa…
El desarrollo personal no tendría sentido si no puedes compartir tu vida con otras personas…
Apuntes finales
El desarrollo personal o autoconocimiento es algo que sin duda recomiendo a todo el mundo.
Llevo años conociéndome y creo que es algo que jamás dejaré de hacer. Hoy no soy el mismo que hace un año y hace un año no era al mismo que hace dos.
Realmente es algo muy útil si estás interesado/a en:
- Comprenderte
- Saber por qué haces lo que haces
- Hacia dónde quieres dirigirte y hacia donde te estás dirigiendo realmente
- Cúal es tu manera de ver el mundo
- Cómo son tus relaciones con los demás y por qué te relacionas de esa forma
- Por qué se repiten situaciones (aunque cambie el escenario y las personas)
- Qué te impulsa a hacer lo que haces
- Qué te lleva a sabotearte cuando emprendes el camino hacia una meta
- A qué le tienes miedo
- Orientarte personal y profesionalmente
- Saber cuál es tu manera de afrontar los problemas.
- Encontrar tus recursos personales
- Ganar confianza y autoestima.
- Ponerte en contacto con las partes de ti, que niegas o rechazas, para ganar consciencia sobre ti mismo/a.
Dicho esto, si te interesa explorar y conocerte a través de tus sueños puedes contactarme en info@elotroladodelespejo.com, o bien rellenando este formulario.
Para más info clicka aquí.
Me encanta lo que dices Luis.Que gran verdad.Yo he vivido varias cosas de las que comentas y he aprendido a través de la experiencia.Gracias por toda esta información
Me alegra que te haya gustado Verónica. Me he dejado bastantes cosas en el tintero en las que iré hablando en próximos artículos. Gracias a ti por leerlo.
Que gran artículo Luis me ha hecho comprender que hemos de apostar por un consumo responsable de talleres y curso sobre desarrollo personal porque como todo en exceso nos puedo hacer perder tiempo de lo más importante “vivir”
Gracias Mariluz, me parecía interesante aportar otro punto de vista a lo que se puede ver habitualmente.
Me ha parecido muy interesante y estoy muy de acuerdo con lo que he leído en su artículo.
Siempre me han interesado los temas relacionados con desarrollo personal. He leído libros de autoayuda, revistas, artículos etc. Pero nunca he asistido talleres o seminarios relacionados con ello. A pesar de haberlos necesitado tealmente.
Todo muy interesante… Ahora bien, la formación y apoyo en el desarrollo persona debe partir de un profesional formado de base en psicología. A partir de ahí coach, facilitado… Lo q quieras, pero el intrusismo en esta temática es vergonzoso. Todos los principios de l desarrollo personal pertenecen al campo de la psicología…
Hola Ana, estoy de acuerdo que la psicología tiene un papel importante en el desarrollo de la persona y lo que aporta en este campo, pero no es exclusivo de ella. Por ejemplo la psicología se nutre de la filosofía, biología,sociología, antropología y de otras disciplinas que la enriquecen, y que contribuyen también al desarrollo humano.Se puede contribuir al crecimiento personal desde diferentes disciplinas, y lo que me parece fundamental en el acompañamiento a personas, es la responsabilidad que tenemos cada uno de saber donde esta nuestro límite, por lo que desde esta perspectiva no me parece intrusismo sino complementario.